«Lo que es más descorazonador con los humanos, es que ellos aceptan llevar una vida limitada. Ser débil, estar enfermo, sentirse desgraciado, para ellos es normal. Naturalmente, nadie puede escapar totalmente a ciertas limitaciones que nos impone la naturaleza, pero podemos retrasarlas, no estamos obligados a ser siempre prisioneros o víctimas. No solamente es posible prolongar los buenos estados, sino también retrasar la aparición de estados negativos… ¡a condición evidentemente de creer que esto es posible!

Desgraciadamente, cuando se observa a los humanos, se ve que se comportan como si estuvieran hipnotizados, como si se hubiese trazado ante ellos una línea diciéndoles: «¡No iréis más lejos!» Y se lo creen, creen que esta limitación debe ser su situación normal. Pero ellos no se conocen; no tienen conciencia de todos los recursos, de todos los poderes que el Creador ha puesto en ellos, y se quedan ahí chapoteando. A partir de ahora, esforzaros en rechazar vuestros límites, y comprobaréis que podéis hacer mucho más de lo que os imagináis.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Arboleda en Carrión de los Condes, Palencia, 12 diciembre 2016 (cortesía de Marga Lamoca)