«Cuando os sintáis inseguros, desorientados, perdidos, pensad en concentraros en la imagen de la cima, este punto culminante desde donde podéis ver la verdad sobre los seres y sobre las cosas. Evidentemente, la distancia que os separa de ella es inmensa, incluso infranqueable, y sólo puede lograr alcanzar la cima aquél que vive verdaderamente una vida pura y santa.

Pero con el pensamiento, cada uno puede intentar alcanzar la cima, porque el pensamiento es ya como una cuerda que lanzáis hasta ese punto, hacia arriba, que queréis alcanzar; y una vez sujeta la cuerda, escaláis. Esto es lo que hacen los alpinistas: lanzan una cuerda y escalan. Efectivamente, ya lo veis, hay que aprender a descubrir estas correspondencias entre el mundo físico y el mundo espiritual.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: amanece en Palencia, 3 diciembre 2017 (cortesía de Marga Lamoca)