«La palabra «bendecir» significa literalmente, decir cosas buenas, en el sentido de: pronunciar palabras que hagan el bien. La verdadera bendición abre por tanto un canal para hacer descender sobre la tierra las influencias del Cielo. Es un acto de magia blanca. Pero este acto de magia blanca sólo tiene eficacia si el ser humano que lo realiza es desinteresado, puro y dueño de sí mismo. En cuando a aquél que recibe esta bendición, debe por lo menos permanecer receptivo, deseoso de mejorar y de trabajar para la luz. Si estas condiciones no se cumplen, evidentemente esta bendición se convierte en un gesto vacío de sentido. A pesar de esto, siempre está bien conservar este rito con la esperanza que un día los humanos, tomando conciencia de lo que representa, lo convertirán en una palabra y un gesto verdaderamente benéficos.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: amaneciendo en Badalona, Barcelona, , 26 diciembre 2016 (cortesía de Carmen Torres)