«Una buena visión de las cosas sólo se adquiere a través de la pureza. Por esto nuestra Enseñanza hace hincapié en la vida pura, tanto en el plano físico como en el plano psíquico.

Todo el destino del hombre depende de la claridad de su «ojo interior», y esta claridad depende de su forma de vivir. En el momento en que comete una falta, transgrede las leyes divinas, su visión espiritual se oscurece, ya no es advertido ni guiado, y se extravía por caminos sin salida. Por tanto, a cada uno incumbe tomar conciencia de la relación existente entre su conducta cotidiana y la claridad de su visión. Aquél que decide vivir una vida recta, honesta y noble se purifica, y sus centros sutiles empiezan a funcionar. Es así como, bien iluminado y bien dirigido, reencuentra las fuentes, las praderas, los lagos, los pastos y las montañas de su verdadera patria.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Picos de Europa, Cantabria, 14 diciembre 2016 (cortesía de Violeta Arribas)