«Aunque estéis solos en la naturaleza o en vuestra habitación, en realidad nunca estáis solos: hay entidades que participan en vuestra vida. Aquél que trabaja para el bien encuentra siempre por todas partes entidades luminosas que se regocijan con él y le ayudan en las dificultades para que pueda percibir las puertas de salida, encontrar soluciones a sus problemas. La mayor parte del tiempo, esto ocurre sin que lo sepa. Pero si se esfuerza en tomar consciencia de estas presencias benefactoras, se beneficiará mucho más de ellas.

¿Cómo podéis atraer estas entidades? Con vuestro amor. Lo más a menudo posible, pensad en enviarles una sonrisa, una mirada, un rayo de vuestro corazón, diciéndoles: «¡Oh! vosotros que pobláis la inmensidad, os amo, os comprendo, quiero estar en armonía con vosotros.» Quizá nadie de vuestro alrededor se dará cuenta de que habéis enviado un mensaje al espacio, pero estas entidades, ellas, sí lo percibirán, recibirán vuestro amor, se alegrarán y os lo devolverán centuplicado. Estos son los verdaderos intercambios, la verdadera comunión.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen:el Turbón (Huesca), 12 diciembre 2020 (cortesía de Carlos Bravo Suárez)