“No por comer mucho tendréis mejor salud. Comer demasiado es, por el contrario, muy perjudicial. La calidad de los alimentos es más importante; pero lo más importante es la manera de comer. Incluso reduciendo un poco la cantidad de alimento, si hemos aprendido a comer con amor y conciencia, podremos recibir más energías. Aquél que durante las comidas es capaz de liberar su pensamiento, de fijar su atención en la comida para penetrarla con los rayos del amor, opera, al comer, una separación entre la materia y la energía: la materia se disgrega, mientras que la energía penetra en él y puede disponer de ella. Se trata de los mismos procesos que en una central termonuclear. Si el ser humano supiese verdaderamente comer, apenas unos bocados le bastarían, y extraería de ellos energías para remover todo el universo.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: pintura de Nicholas Roerich, “Glory of the Himalayas” (1932)