«La naturaleza superior y la naturaleza inferior no se manifiestan nunca tan claramente en el hombre como en el momento en el que sufre una humillación, una ofensa. «¡Dale una lección, devuélvele cada golpe recibido!» He ahí lo que dice la naturaleza inferior. Mientras que la naturaleza superior le aconseja: «¡No te alteres, no es grave! En lugar de cavilar y buscar venganza, intenta utilizar y transformar ese fango. Tú eres un alquimista y lo convertirás en oro.»

Si es ésta la voz que escucháis, os lanzaréis en un formidable trabajo de transformación y os ennobleceréis. La naturaleza superior dice, además: «¿Por qué lamentarse durante horas enteras, cuando tienes una ocasión formidable para ponerte a trabajar? Incluso debes dar gracias al Cielo, porque esta persona te ha sido enviada para darte la ocasión de superarte. ¡No te quedes ahí gritando!» Y el verdadero discípulo no escucha los consejos de su naturaleza inferior que lo mantienen en la debilidad y la sensiblería; sigue los consejos de su naturaleza superior, pues quiere volverse fuerte.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: excursión al dolmen de Ramastué, Huesca, 26 diciembre 2022, cortesía de Carlos Bravo Suárez