“Cada día, consagrad al menos algunos instantes para introducir la armonía en vosotros. Cerrad los ojos esforzándoos por separar vuestros pensamientos de vuestras preocupaciones cotidianas y dirigidlos hacia las cumbres, hacia las fuentes de la vida que abrevan todo el universo.
           
Cuando sintáis que hayáis parado el flujo de pensamientos e imágenes que os atraviesan, pronunciad interiormente la palabra “gracias”. Es la palabra más simple, pero deshace todas las tensiones, porque agradeciendo os unís al Cielo, salís del círculo estrecho de vuestro yo para entrar en la paz de la consciencia cósmica… Permaneced el mayor tiempo posible en ese estado y cuando volváis a vosotros sentiréis que elementos nuevos, muy preciosos, se han introducido en vosotros: serenidad, lucidez y fuerza. “

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Monte Cotiella (Huesca), 24 de enero de 2022 (cortesía de Carlos Bravo Suárez)