«Cuando marcáis un número de teléfono, solo os responde, entre millones y millones de personas, la que tiene ese número. Las relaciones entre todos los seres en el universo obedecen a esa ley. Al igual que una persona os responde cuando marcáis su número, del mismo modo una entidad determinada entra en comunicación con vosotros porque habéis emitido un pensamiento que vibra al unísono con ella; una relación se establece entre vosotros y el ser o el lugar sobre el que se ha fijado vuestro pensamiento.
Todos aquellos que solo tienen pensamientos caóticos y contradictorios están condenados a no hacer más que encuentros desgraciados, porque entran en comunicación con entidades que corresponden a esos pensamientos. Por eso es muy importante tener en la cabeza una idea celestial, porque atraerá mágicamente a todos los seres y elementos que contribuirán a realizarla. Una idea sublime en la cabeza, es como un cartel que anuncia a los espíritus tenebrosos: “perro peligroso”, “ocupado”, “no recibimos” y no se atreven a entrar, mientras que es una puerta abierta para todos los espíritus luminosos.»
Imagen: Castarlenas (Huesca), con Monte Perdido al fondo, 9 enero 2021, cortesía de Carlos Bravo Suárez