«Si yo no pensara que todos vosotros estáis habitados por la Divinidad, que sois divinidades, quizá ya haría mucho tiempo me habría desanimado y lo habría abandonado todo. Es por la Divinidad que os habita que continuo. E incluso, con respecto a ciertos seres adopto una actitud que otros, con su mejor intención, vienen a reprocharme diciendo: «Pero ¿cómo es posible que no vea usted quién es esta persona? La recibe, le da su confianza. Desconfíe, porque le traerá problemas» En realidad, veo perfectamente quién es y sé lo que hago. Son ellos quienes no lo saben.

Sé que al mostrarles mi comprensión, mi confianza, puedo despertar en ciertas personas la necesidad de mejorarse, porque me dirijo a la Divinidad que está en ellas. Utilizo este método pedagógico conscientemente. Conozco los riesgos, y si no sale nada bueno de esas personas, evidentemente será una pena, pero no me sentiré ni abatido ni desanimado.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Geo en O Couso, Lugo, 25 enero 2017 (cortesía de Javier León)