«Cada ser humano es un libro, un libro que él mismo está escribiendo: sus pensamientos, sus sentimientos dibujan los caracteres de una escritura que se grabará en la materia de sus cuerpos sutiles. Pero ¿cuántos de entre vosotros lo saben? ¿Cuántos han empezado a escribir conscientemente su propio libro?

Desde siempre se enseña a los humanos a trabajar sólo al exterior de ellos mismos y ahí, es cierto, obtienen un éxito magnífico, mientras que su mundo interior no es más que un terreno yermo. Pero todas estas creaciones de las que están tan orgullosos no les pertenecen verdaderamente: son externas a ellos y por lo tanto desaparecerán. Sólo el trabajo que se realiza sobre su propia materia se graba para la eternidad. Diréis: «Pero como estas creaciones son interiores, no aportan nada a nadie.» Desengañaos: un ser que se crea a sí mismo, que escribe él mismo su propio libro, es un benefactor para todos sus hermanos humanos, porque es un libro viviente que les inunda con su calor y su luz.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: excursión por Sobrarbe, Huesca, 10 diciembre 2022, cortesía de Carlos Bravo Suárez