«Jesús dijo: “Sois los templos del Dios viviente”. Pero los humanos están habituados a ir a los templos de madera o de piedra que no están vivos, y no se ocupan de ese templo que son ellos mismos, todo su ser.

Por supuesto, esos edificios tienen en cualquier caso algo de vivos gracias al fervor de todos los fieles que durante siglos los han visitado para orar en ellos, pero eso no puede compararse con un ser humano que ha sabido reforzar su voluntad, purificar su corazón, iluminar su intelecto, ensanchar su alma y santificar su espíritu, porque un ser así se ha convertido en un verdadero templo. Y cuando sois un templo, cuando oráis en vuestro templo, es cuando Dios os escucha y os concede. Y si al mismo tiempo tenéis conciencia de estar en este otro templo, el universo, os convertís en un ser completo, estáis en la plenitud.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: escena en General López, Santa Fe, Argentina, 9 enero 2021 (cortesía de Marta Sierra)