«Aunque pretendan practicar una religión o seguir una enseñanza espiritual, muchas personas viven en la indeterminación y la duda. Así es como no cesan de introducir la división en sí mismos y acaban tambaleando. Observad lo que hace el leñador cuando quiere derribar un árbol con sólo su hacha: en el corte que realiza en la base del tronco, va tallando la cuña para hacerlo caer. Sin saberlo, aquél que duda, se deja tallar pequeñas cuñas, poniéndose por tanto a merced de todas las hachas de la existencia –las dificultades exteriores y sobre todo las interiores— y pronto es abatido.

En el camino de la luz en el que estáis comprometidos, si una duda y una incertidumbre consiguen hacer un corte en vuestro tronco, vuestras energías físicas y espirituales empiezan a escaparse. Por ello, desde el momento en que os sentís amenazados, entrad profundamente en vosotros mismos y deciros: «De momento mi visión se ha oscurecido, pero sigo poniendo mi fe en el bien y en la luz, actuaré con honestidad y coraje.» Si sabéis manteneros en este estado de espíritu, el tronco de vuestro árbol interior continuará alzándose intrépidamente hacia el Cielo. «

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Parque EL Sotillo, Palencia,, 7 enero 2017 (cortesía de Marga Lamoca)