«Donde quiera que os encontréis y cualesquiera que sean vuestras actividades, debéis tener la preocupación esencial de crear la armonía. Porque la armonía es la base de la creación. La armonía, entre todos los elementos y entre todas las criaturas, es la que asegura la cohesión del universo. Mientras no hayáis comprendido la importancia de la armonía, continuaréis creando disonancias, desórdenes, y entonces, aunque creáis construir algo útil y duradero, no haréis más que destruir.
Diréis: «Pero yo tengo tal facultad, soy competente en aquello…» No basta con que seáis competentes, no bastaría ni siquiera que fuerais geniales: debéis hacer de manera que vuestra actividad esté en armonía con las fuerzas de la naturaleza, con los espíritus luminosos del mundo invisible, y también con los seres humanos.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Puentecillas, ío Carrión, Palencia 15 de febrero de 2019 (cortesía de Marga Lamoca)