«Cuántos hombres y mujeres pusieron fin a sus días cuando, como se dice, «lo tenían todo para ser felices»: la juventud, la belleza, la inteligencia, la riqueza, una familia y amigos que les querían… Lo tenían todo, salvo lo esencial: las ganas de vivir. Y eso no podía dárselo ninguna ventaja exterior o material que poseían, ni siquiera el afecto de su entorno.
Es pues en sí mismo donde el hombre tiene algo a hacer, es interiormente, en su alma y en su espíritu, donde debe buscar lo que necesita. Sólo su alma y su espíritu le enseñarán el sentido de la vida y le darán el placer de vivir, y cualesquiera que sean las condiciones no se debilitará. En las peores condiciones, podrá comulgar con las entidades celestiales y se sentirá colmado, lleno de luz. Cuando la causa de vuestra felicidad, de vuestra realización está dentro de vosotros, nada ni nadie podrá privaros de ella. El día que decidáis buscar lo esencial en vosotros mismos, estaréis en el camino de la libertad, de la inmortalidad, de la eternidad.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: amanever en el Lago Leman a la altura de Lausanne, Suiza, 16 febrero 2017