«El ser humano necesita estar en armonía consigo mismo, pero la realidad es que siempre se encuentra atrapado por varias contradicciones. Así pues, aunque se halle habitado por aspiraciones magníficas, también se siente impulsado por otras fuerzas en su interior a cometer actos de los que después se avergüenza y lamenta. Esta situación crea aflicciones interiores y estas aflicciones le destruyen.
La verdadera unidad hacia la que debemos tender, es comparable a la del sistema solar. El sol está ahí, en el centro, y todos los planetas gravitan a su alrededor, ninguno se aparta de la trayectoria trazada para él por la Inteligencia cósmica. Debemos realizar una unidad análoga en nosotros mismos. Esto implica un verdadero aprendizaje: cómo vivir, pensar y sentir para que todas las partículas que constituyen nuestro ser físico y nuestro ser psíquico ajusten su movimiento de acuerdo con el sol que todos poseemos en nosotros: nuestro Yo divino, nuestro espíritu.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: amanever en el Lago Leman a la altura de Lausanne, Suiza, 16 febrero 2017