«Decidíos finalmente a no dejaros dominar por vuestros impulsos instintivos, sino que aprovechad todas las ocasiones que se presentan para dominaros: es así cómo adquiriréis la libertad y la fuerza.

Podéis comenzar por cosas muy pequeñas. Por ejemplo, estáis a punto de criticar a alguien o de burlaros de él, y en el último momento, contenéis vuestra lengua… Os encontráis con un hombre, o una mujer, y sentís el deseo de hacer ciertos gestos, pero no los hacéis… Estáis encolerizados, os marcháis y, en el momento de dar un portazo, os retenéis y cerráis la puerta suavemente, conscientemente… Con ejercicios en apariencia tan insignificantes, llegaréis a ser verdaderamente libres y fuertes. La libertad se gana limitándose, porque al limitarse se acumulan fuerzas para poder franquear los obstáculos.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: puente en Segovia 13 de febrero de 2019 (cortesía de Olivier Onghena-’t Hooft)