¿Nos habla Dios? Sí, como Dios está en nosotros, Él nos habla. Su voz es muy dulce, y es preciso aprender a distinguirla entre todas las restantes voces que también suenan en nosotros. La podríamos comparar con la melodía de una flauta en medio del repicar de tambores y timbales. Es fácil escuchar y seguir la voz estruendosa del estómago cuando grita que tiene hambre…. Pero cuando una vocecita dice al hombre: «Cálmate… No te irrites… Aprende a dominarte… Esfuérzate…», lo más usual es que no sea escuchada o sea acallada. Con paciencia, con amor, la voz renueva sus consejos, pero si el hombre quiere reducirla al silencio a toda costa, deja de insistir. La voz de Dios es muy poderosa, pero es débil en nosotros si no queremos escucharla.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Río Correntoso en Patagonia, Argentina, 27 enero 2019 (cortesía de Marta Sierra)