“Aprended a trabajar con el amor divino, a hacerle brotar en vosotros, a hacerle brillar sobre todas las criaturas, sobre todos los objetos e incluso sobre los árboles, las montañas y los océanos. Os volveréis así en una presencia benéfica para el mundo entero. E incluso cuando estáis solos, pensad en pronunciar palabras de paz, de esperanza, de alegría para todos los hombres de la tierra, sabiendo que producirán resultados.
Mediante el pensamiento y la palabra, intentad añadir siempre un elemento susceptible de aportar mejoras alrededor de vosotros. Buscad primero crear en vosotros armonía y luz (porque no podéis dar a los demás lo que no tenéis primero en vosotros mismos) y cuando sintáis que habéis logrado traer esa armonía y esa luz reales en vosotros, proyectadlas en el espacio. De eso se trata trabajar con amor divino.”
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Almendros en flor subiendo al castillo de Fantova (Huesca), 18 de febrero de 2022 (cortesía de Carlos Bravo Suárez)