«Constatamos que cada vez hay más hombres y mujeres que se interesan en la economía y en las finanzas. Y en ese campo, son auténticos expertos, o al menos esto es lo que creen. En realidad, si poseyeran una buena comprensión de los temas económicos y financieros, habrían primero aprendido a ocuparse de las riquezas espirituales que reciben del Cielo, cómo conservarlas, cómo hacerlas fructificar.
Cualquier ignorante sabe que, si no hace fructificar su capital pasado cierto tiempo, se quedará sin nada, porque un capital que no se alimenta desaparece pronto. Pero cuando se trata del plano espiritual, incluso los más instruidos se empobrecen: olvidan que la luz, el calor, y la riqueza interior se agotan rápidamente si no trabajan cada día para que aumenten. ¿Y cómo aumentarlos? Mediante la oración, la meditación y los ejercicios. Uniéndose cada día a la Fuente inagotable de la vida divina, renovarán sin cesar sus energías para poder continuar cumpliendo su tarea. «
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Imagen: Lago Leman a la altura de Lausanne, Suiza, 14 febrero 2017