«Aprended a recibir la luz del sol como recibís el aire, el agua y el alimento. Centrad vuestra atención en estos rayos y decidles: «Oh rayos luminosos, ahuyentad de nosotros estas nubes que sólo vuestra luz es capaz de disipar.» Entonces la luz penetrará en vosotros por unos minúsculos canales y transmitirá a todo vuestro ser vibraciones sutiles y armoniosas.

Evidentemente, por su propia naturaleza, la luz efectúa este trabajo en nosotros, incluso aunque no seamos conscientes. Pero si estamos atentos y llenos de buena voluntad para participar en este trabajo, los resultados todavía serán mejores. Cuando contempléis la salida del sol, tened por tanto este convencimiento de que algo bueno y de bien crece y se desarrolla en vosotros: sentiréis en todo vuestro ser cómo vibran nuevas fuerzas.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: el monte Turbón, 28 enero 2023, cortesía de Carlos Bravo Suárez.