«Desearíais ofrecer flores a unos amigos que vais a visitar, pero es tarde y las tiendas están cerradas. ¿Quién os impide concentraros durante algunos minutos con todo vuestro amor, imaginando que les lleváis las flores más hermosas, las más perfumadas? E incluso podéis adjuntar una tarjeta con algunas palabras amables. Cuando lleguéis, vuestros amigos sentirán algo especial y veréis con qué alegría seréis recibidos. Pero, ¿qué pasa con frecuencia? Los que deben visitar a sus padres o amigos, incluso si les llevan flores, para guardar las apariencias, van rumiando algunas quejas contra ellos, y ya se ven ajustando cuentas. ¿Qué bien puede resultar de una visita así?
Cualquiera que sea la persona, id siempre hacia ella con el pensamiento de hacerle un regalo. Aunque no seáis pintor, ni poeta, ni cantante, ni músico, interiormente tenéis todas las posibilidades de aportarle algo hermoso, poético, musical. La verdadera magia está ahí.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino de Santiago portugués, entre Barcelos y Ponte de Lima, 20 junio 2018