«Queréis meditar pero no sabéis cómo dominar vuestro pensamiento. Suponed que queréis detener un caballo al galope: si os ponéis ante él, os aplastará; debéis, pues, correr con él y, tomándolo por la rienda o por la crin, sujetarlo… Ocurre lo mismo con el pensamiento. Si queréis detener su curso bruscamente para concentraros sobre un tema concreto, el pensamiento, que está corriendo, no se detendrá, y si insistís demasiado, solo conseguiréis bloquear vuestro cerebro.
Para concentraros, en primer lugar debéis domar el caballo desbocado que existe en vosotros, y para domarlo, intentad primero no enfrentaros con él; de lo contrario, será vuestro sistema nervioso el que recibirá una sacudida. Dejad, pues, que ese caballo corra un poco, y, cuando sintáis que ya ha brincado lo suficiente de un lado a otro y que ya no desconfía, saltad sobre su lomo y conducidlo en la dirección que hayáis elegido. «
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: campo geotérmico de Hverir (Islandia), 9 julio 2021, cortesía de Alfonso de Pedro