«Está bien que os guste pasear cerca de las cascadas y de los ríos, beber el agua de los manantiales, bañarse en los lagos y los mares, pero este no es verdaderamente un trabajo, y con ello no se producirá el menor cambio en vosotros, en tanto no sepáis cómo entrar realmente en contacto con el agua, hablarle y uniros a ella.

Para entrar en contacto con el agua, la primera condición es acercarse a ella con respeto, sabiendo que en la misma viven entidades bellas y puras, que solo estarán bien dispuestas hacia vosotros si tenéis consideración y amor por ellas. Por ejemplo, si queréis bañaros, sobre todo en un lago, estad atentos, no lo hagáis de cualquier manera. Pedid la autorización de las entidades del agua; porque al bañaros, es como si os desembarazáis de vuestras impurezas en su casa, y debéis ser conscientes de que podéis indisponerlas. Sed por tanto muy vigilantes.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos Cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: río Nalón en el Camino Primitivo (Asturias), 29 junio 2020