«El sol envía por todas partes en el espacio partículas luminosas de una enorme pureza. Y si sabéis cómo concentraros, llegaréis a rechazar de vuestro organismo muchas viejas partículas usadas, apagadas, para reemplazarlas por esas nuevas partículas que vienen del sol. He aquí un ejercicio extremadamente útil que podéis hacer por la mañana a la salida del sol. Con todo vuestro corazón, con toda vuestra alma, intentad tomar esas partículas divinas e introducirlas en vosotros; así, poco a poco, renovaréis la materia de vuestro ser, pensaréis y os comportaréis como un hijo y una hija de Dios, gracias al sol.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos Cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino Primitivo, entre La Espina y Tineo (Asturias), 1 julio 2020