«Cuando reces, entra en tu habitación, cierra la puerta, y ruega a tu Padre que está allí en el lugar secreto.» ¿Cómo comprender esta habitación secreta de la que habla Jesús?… Cuando el hombre logra crear en su interior el silencio y la paz, cuando tiene necesidad de expresar al Señor su amor por Él, su deseo de comulgar con Él, entonces es que se encuentra ya en su habitación secreta. Os preguntaréis, ¿dónde está esta habitación? Puede estar en el corazón, puede estar en el intelecto, en el alma…

En realidad, lo que lográis alcanzar es un nivel de conciencia. Meditáis, por ejemplo, sobre un difícil problema de la vida interior… y sucede que al cabo de cierto tiempo, se os enciende una luz: comprendéis. ¿Qué ha sucedido? ¿De dónde os ha llegado esta comprensión? Vuestro espíritu la poseía, pero vuestra conciencia aún no había logrado elevarse hasta ahí. Este es pues el sentido de las palabras de Jesús: el hombre que reza, que medita, se encierra en su habitación secreta, y allí recibe revelaciones.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: excursión a los lagos de Boom (Pirineo francés pasando por Benasque), 18 julio 2021, cortesía de Carlos Bravo Suárez