Todos los días escuchamos repetir: «¡Ah! ¡en qué mundo vivimos! ¡No vemos más que egoísmo y deshonestidad! Es siempre la injusticia la que triunfa. Cualquier cosa que hagamos para mejorar la situación, nunca lo conseguiremos.» Tantas personas aman esos pensamientos negativos, y les invitan constantemente a su mesa: «venid, venid, aquí hay alimento para vosotros.» Pues bien, esta actitud es muy peligrosa: resaltando de esta forma el mal, teniendo continuamente nuestra atención concentrada en él, no le debilitamos, al contario, le estimulamos, le reforzamos.
Entonces, a partir de ahora, es el bien al que es preciso animar diciendo: «venid, venid ángeles y arcángeles… venid, espíritus celestiales… Dadnos vuestra sabiduría, vuestro amor y vuestra fuerza, para que cada día seamos capaces de aportar algo bueno sobre esta tierra.»»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: vista desde el Palacio de la Magdalena, Santander (4 julio 2017)