«La calidad de las relaciones es tan definitiva, que el hecho de que los esposos se sientan queridos por sus mujeres es un factor protector que disminuye las complicaciones después de eventos coronarios. Sentirse querido, he ahí algo que incide en la supervivencia y en la calidad de la vida. Si alguien inventara una medida que pudiera bajar el riesgo global de enfermar o morir, sería el más firme candidato al Nobel de medicina. Pero ese medicamento ya existe y es el soporte relacional. Dime cómo te relacionas y te diré cuán fuerte es tu salud… Cuando tenemos el campo amortiguador del amor, los mecanismos de adaptación movilizados por el médico interior siempre funcionan mejor”.
 
Jorge Carvajal, “Amor, Vida y Medicina” (1995) p. 83, Anahata Ediciones, 2008. Imagen: Parque Natural de Redes, Asturias, 6 julio 2017 (cortesía de Violeta Arribas)