«Si los humanos quisieran comprender bien que en su organismo psíquico se producen los mismos fenómenos que en su organismo físico, esto sería ya un progreso. Saben que si respiran aire contaminado, si comen un alimento malo, introducen en su organismo impurezas que éste no consigue eliminar; los intercambios no se realizan entonces correctamente con las fuerzas de la naturaleza. Del mismo modo, si no vigilan sus pensamientos, sus sentimientos y sus actos, introducen impurezas en su organismo psíquico; estas impurezas forman una pantalla opaca y, evidentemente, las comunicaciones con el mundo divino son cortadas.

Aquellos que se quejan: «Yo rezo, pido ayuda al Cielo, pero no recibo ninguna respuesta», que empiecen por aceptar esta respuesta: el mundo divino les envía constantemente mensajes, pero deben prepararse para recibirlos. Y prepararse significa mejorar su manera de vivir trabajando sobre sus pensamientos, sus sentimientos y sus actos con el fin de purificarlos”.

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta.  Imagen: el mar desde Badalona, 11 julio 2017 (cortesía de Carmen Torres)