«Para que vuestra alma sea visitada por lo seres invisibles que os ayudarán, os protegerán y os transformarán, trabajad en crear una atmósfera purificada de todo elemento inarmónico. Es en el seno del amor, de la belleza, de la pureza y de la luz, donde grandes cambios pueden producirse en vosotros.

Cuando estáis en un bosque, cerca de un manantial, al borde de un lago, permaneced ahí, inmóviles, dejaros penetrar por el silencio, el frescor, la transparencia. Cuando oís cantar el agua y los pájaros, susurrar las hojas, cuando miráis las estrellas, por la noche, abandonaos a esa paz, a esa armonía… Y también hay que aprender a sentir a los humanos como sentís la naturaleza. Cuando estáis delante de un ser que desprende perfumes como un jardín florido, música como un manantial, tratad de sentirle, porque este ser puede iluminaros, guiaros y salvaros.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos Cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino del Salvador, entres Pajares y San Miguel (Asturias), 27 junio 2020