«¿Qué es el sol?… ¡Un restaurante! Sí, un restaurante, el mejor que pueda existir, y por eso vamos a visitarlo cada mañana. Pero para recibir comida en él, hay que tener oro: pero no oro en los bolsillos, que no sirve de nada, sino oro en nuestra cabeza. Y cuando el dueño del restaurante, el espíritu solar, ve que tenéis algunas pepitas de oro dentro de vosotros, inmediatamente os sirve los platos más suculentos. Si no, os quedáis ahí, bostezando ante el sol, y suspiráis: «No siento nada, no recibo nada, no vale la pena venir a este restaurante.» Esperáis que os sirvan, pero van a servir a los demás, y no a vosotros. A vosotros os dicen: «Espere, espere, vaya primero a recoger oro. Cuando tenga este oro, le serviremos.» Poseer oro es comprender la sabiduría divina, apreciarla, amarla, buscarla a través del sol. Cuando los espíritus del sol ven que poseéis este oro, entonces os atienden inmediatamente.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino de Santiago de Madrid, entre Castromonte y Medina de Rioseco, 16 de mayo de 2019