«Todo el espacio está invadido e impregnado con la luz. Si no la veis, si no la sentís es porque vuestros órganos espirituales todavía no están lo suficientemente desarrollados para permitiros captar una realidad tan sutil. Pero el día que aprendáis a concentraros en esta luz cósmica, llegaréis a afinar tanto vuestras percepciones, que no sólo comenzaréis a sentirla, sino que la atraeréis hacia vosotros para que os impregne y trabaje en vosotros.

Haced que la luz sea el principal tema de vuestras meditaciones, concentraos en ella: poco a poco vendrá incluso a sustituir todas las partículas desgastadas y enfermizas de vuestro cuerpo por partículas nuevas, más puras. Luego, cuando ya seais capaces de atraer la luz en vosotros, deberéis aún ejercitaros en proyectarla hacia el mundo entero para ayudar a todos los humanos.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos Cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: sierra de Madrid, 13 junio 2020