«Dios está siempre presente en su creación, no cesa de reforzarla con su vida y con su amor… Y a cualquier nivel en que se encuentre, cada ser humano puede también participar en el trabajo divino, esforzándose en hacer converger las corrientes que circulan en él y fuera de él hacia la Fuente de la vida.

Reflexionad sobre ello cuando asistáis a la salida del sol. Observad el sol tomando conciencia de que no cesa de iluminar, de calentar y de vivificar a todas las criaturas. Es el mejor símbolo del trabajo de armonización, de purificación que todos tenemos que realizar, y ese trabajo tiene consecuencias benéficas no solo para nosotros, sino también para el mundo entero. Al principio quizás no comprendéis la importancia, porque es preciso mucho tiempo y esfuerzo para que los acontecimientos que han tenido lugar en las regiones sutiles de vuestro ser lleguen a vuestra conciencia. Pero incluso si todavía no os dais cuenta de los efectos que produce vuestra participación en ese trabajo, esta participación será real.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Canal de Castilla en el Camino de Santiago de Madrid, entre Medina de Rioseco y Tamariz de Campos, 16 de mayo de 2019