«Debéis tomar cada vez más consciencia del valor de esos momentos donde, en el silencio y el recogimiento, recibís una luz, una gracia del Cielo. Muchos de vuestros sufrimientos vienen precisamente porque no tenéis esa conciencia. Recibís bendiciones, pero eso no dura, no tardáis en perderlas, simplemente porque ignoráis el valor de lo que habéis recibido. Os imagináis que el Cielo debe estar siempre ahí para derramar sus bendiciones, y vosotros, cuando no tenéis nada más interesante que hacer, entonces queréis parar unos minutos para recibirlas. No, no es así como eso debe suceder.

El Cielo no está a disposición de gente ligera y despreocupada. En un momento determinado, bajo ciertas condiciones, derrama sus bendiciones, y si no estáis suficientemente conscientes para recibirlas, o si no sabéis conservarlas, peor para vosotros, os abandonarán. Por lo tanto, prestad atención: los días que sentís que habéis recibido una revelación, una gracia del Cielo, intentad conservarla preciosamente.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos Cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Destello en Madrid, 4 junio 2020 (cortesía de Berta Grasset)