«¿Desearíais corregir ciertas debilidades y llegar a dominar ciertas tendencias instintivas? Sólo lo conseguiréis alimentando en vosotros el amor por un alto ideal. ¿Y qué es un alto ideal? Una aspiración a la belleza, la belleza espiritual que está hecha de pureza, de luz, de armonía. Contempláis esta belleza, y naturalmente os desprendéis de forma espontánea de todo lo que es malsano, oscuro, caótico. Este amor por la belleza os protege, como un vestido que no desearíais manchar.
Cuando os ponéis vestidos nuevos, o unos que os gustan en especial, no realizáis actividades que podrían rasgarlos o mancharlos; instintivamente, prestáis atención en vuestros gestos, en los lugares donde os sentáis. Lo mismo ocurre con el alto ideal. Si decidís cultivar el gusto por el mundo de la belleza, de la armonía, y el deseo de acercaros a él, sentiréis como poco a poco se teje a vuestro alrededor una especie de vestido sutil que querréis proteger, y también vosotros seréis protegidos.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Villarmentero de Campos, Camino de Santiago Francés, (Palencia), 2 junio 2018 (cortesía de Jesús Cacho)