«La Ciencia iniciática nos enseña que el Espíritu de Dios impregna todo el universo y que podemos, a través de la materia que forma este universo, entrar en contacto con Él. Los humanos no tienen ni idea de lo que pierden al ignorar que los elementos que les rodean, la tierra, el agua, el aire y el fuego están formados de la quintaesencia de la Divinidad y que a través de la meditación, la respiración y una nutrición consciente pueden captar esta quintaesencia que llenará de vida todas las células de su cuerpo. De este modo, no sólo mejora su salud física, sino que sus células rejuvenecidas, purificadas e iluminadas, en vez de retenerles muy abajo en las capas opacas de la materia, se convierten en buenas trabajadoras que les apoyan en su trabajo de creación espiritual.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: playa de Cooge, Sydney,, 19 marzo 2018, cortesía de Tamasin Ramsay