«A medida que el hombre avanza en edad, puede volverse más lúcido, luminoso y poderoso. Si esto no es lo que vemos la mayoría de las veces, es porque los humanos se han identificado tanto con su cuerpo físico, que sufren pasivamente todos sus accidentes y sus vicisitudes. Pero para un verdadero espiritualista, se produce lo contrario: su pensamiento se vuelve cada vez más vivo y activo, porque ha aprendido a desprenderse de todas las limitaciones del plano físico para identificarse con el espíritu.

El espíritu es todopoderoso, el espíritu es inmortal, el espíritu es omnisciente y, al identificaros con él, escapáis a la materia. El cuerpo, por su parte, está obligado a seguir las leyes de la materia, pero el espíritu no obedece a estas leyes. Por eso, la edad no es un inconveniente para un hombre de espíritu: al contrario, su pensamiento se libera y se vuelve más activo en los planos sutiles.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: anochecer en Marte (cortesía de Jim Mast)