«Las necesidades superiores que se manifiestan en el hombre son la expresión de la Divinidad. Con sus aspiraciones elevadas, así como con sus actividades benéficas para los demás, es cómo los humanos dan prueba de la presencia de Dios. A medida que se expande su conciencia, acuden a visitarle percepciones de otro orden, como si fuera otra vida, la de este Ser sublime que se hubiera infundido en ellos, y cada vez se sienten más habitados por su presencia. Al intensificar esta presencia, se confunden poco a poco con ella, hasta convertirse un día semejantes a la Divinidad.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: atardecer en Villella, Antigüedad, Palencia, 18 marzo 2017 (cortesía de Marga Lamoca)