«Por todas partes en el espacio el sol proyecta partículas de una gran pureza. Y si sabéis cómo concentraros en él, podréis eliminar de vuestro organismo toda clase de materias usadas, oscuras, para sustituirlas, por nuevas partículas vivas, luminosas.
He ahí un ejercicio extremadamente útil que podéis hacer por la mañana meditando a la salida del sol. Con todo vuestro corazón, con toda vuestra alma, tratad de captar estas partículas divinas de forma que penetren en vosotros; así, poco a poco, gracias al sol, renovaréis la materia de vuestro ser, y pensaréis y actuaréis como un hijo de Dios.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Rio Ucieza en Villalcázar de Sirga, Camino de Santiago, Palencia, 4 marzo 2018, cortesía de Marga Lamoca