««Yo, soy Él», esa fórmula que repiten los yoguis hindúes, ¿cómo lograr que sea una realidad?… He aquí un ejercicio que podéis hacer.
Imaginad que salís de vuestro cuerpo para elevaros hacia el Cielo… Cuando estáis subiendo, os expandís por el espacio infinito, os fundís con el Alma universal. Incluso aunque parezca entonces que desaparecéis y que no tenéis conciencia de vosotros, eso no debe preocuparos, porque al mismo tiempo que os disolvéis en el espacio, el espíritu divino desciende sobre vosotros. Se instala en vosotros para trabajar, y es él quien habla, es él quien actúa, es él quien se manifiesta a través vuestro. Diréis: «¿Pero qué me ocurrirá si ya no soy yo?» En realidad, continuaréis siendo vosotros: no perderéis vuestra identidad, sólo que habréis encontrado a vuestro Yo verdadero.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos Cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Cabo de Finisterre (cortesía de Galicia Máxima)