“Lo que pierde a la mayoría de la gente es su interés por las cosas escabrosas: las actividades, los placeres, los temas de conversación que les arrastran hacia los grados inferiores de los planos astral y mental. Se diría que hay en ellos algo que les empuja a amar aquello que les va a traer desgracias y persisten en ello aún sabiendo que les traerá la ruina. Diréis que es imposible cambiar los gustos. Es verdad, es muy difícil pero de todos modos existe un método que os puede ayudar a ello. En vez de combatir directamente vuestros gustos por las actividades que os envilecen, procurad despertar en vosotros el amor por la luz, por un alto ideal que os elevará, os enriquecerá y os embellecerá.

Ningún ser humano ha venido a la tierra teniendo solamente amor por las cosas celestiales. Todos son un poco tentados, sobre todo en su juventud, por algunos placeres no muy “católicos”, y es normal. Lo que no es normal es aceptar estancarse ahí. Para un Iniciado, el grado de evolución de un ser se mide en función de  su capacidad de elevar sus aspiraciones, de proyectar sus deseos cada vez más lejos, cada vez más alto.”

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos Cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: atardecer en Alcazar de san Juan, 7 de marzo de 2020 (cortesía de Iñigo Susaeta)