«Esforzaos en vivir bien el día de hoy, porque el mañana todavía no existe y, preocupándoos por él, es como si os lanzarais a un vacío donde corréis el riesgo de perderos. Debéis trabajar sobreel día de hoy, porque éste no muere, no hace más que prolongarse, y al prolongarse se convierte en el mañana.

Jesús dijo: «No os preocupéis por el día de mañana, porque el día de mañana se ocupará de sí mismo.» Esta parábola nos obliga a meditar sobre la idea de duración, de continuidad. Aquél que fabrica una cadena debe procurar la solidez de cada eslabón,porque si un solo eslabón es frágil y se rompe, de nada sirve que los demás aguanten firmemente: se rompe el conjunto. Debemos pues vivir cada día según las leyes divinas, para convertir este día en un eslabón sólido para que la cadena no se rompa. El día de hoy es un nuevo eslabón que debe añadirse a los demás y es en este eslabón en el que nos debemos concentrar.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino de Santiago Francés, entre Hornillos del Camino y Hontanas (Burgos), 15 mayo 2018