«Aprended a desplazar los objetos con amor, y sentiréis que la armonía de vuestros gestos se refleja en vosotros. Es raro que la gente se dé cuenta de ello, pero la forma cómo hacen las cosas influencia su estado interior. Procurad ser conscientes de ello, y un día que estéis coléricos o agitados, decíos: «Este es el momento de ejercitarme.» Tomad entonces un objeto, acariciadlo suavemente, con gentileza: sentiréis que ya cambiáis las corrientes y que transformáis algo en vosotros. Ejercitaos cada día en cambiar vuestros estados interiores. Cuándo os sintáis turbados, tensos, ¿por qué continuar estándolo durante todo el día? Deteneos y decid: «No debo dejar que el desorden se instale en mí, debo darles otro ritmo a mis gestos, a mis palabras…» Y hacedlo, tenéis métodos.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Urdos, Pririneo francés, 5 mayo de 2018