«Seguramente habréis realizado la siguiente experiencia: estabais ocupados en tareas de vuestra vida cotidiana, no pensabais en nada especial, y de repente sentisteis como una corriente, una presencia a vuestro lado, algo vivo que os aportaba luz, una paz, una alegría. Entonces, ¿qué hicisteis?… En semejantes momentos, dejad cualquier ocupación para concentraros en esta presencia que ha venido a visitaros. Estos son unos instantes raros y preciosos que no se deben desperdiciar mostrándonos descuidados.

Visitantes celestiales vienen a enseñarnos y a enriquecer nuestra vida. Si no os detenéis para recibirles en el momento que se presentan, se acabó; por mucho que busquéis y supliquéis no regresarán. O bien regresarán, pero ¿cuándo?… Es preciso retenerles en el momento que se presentan, porque poco tiempo después no tendréis la menor idea de lo que venían a traeros. Tomaos el tiempo necesario para ser conscientes de lo que representan estas visitas celestiales, para que dejen en vosotros una señal imborrable.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Villarmetero de Campos, Palencia, Camino de Santiago, 8 mayo 2022 (cortesía de Jesús Cacho)