«El futuro es muy a menudo un tema de preocupación para los humanos: continuamente se preguntan si no les faltará dinero, si tendrán para comer o un lugar para cobijarse, etc. Y obsesionados hasta tal punto por estas preocupaciones, olvidan cuestiones mucho más importantes, cometen faltas que deberían reparar pero que no lo hacen; y como todo esto se va acumulando, llega un momento al fin en el que se sienten desbordados y aplastados. Para evitar caer en este engranaje, es necesario meditar las palabras de Jesús: «No os inquietéis por el día de mañana; porque el mañana cuidará de sí mismo».

Si veláis cada día para que todo en vuestro comportamiento sea impecable, el mañana estará completamente despejado, y estaréis disponibles para emprender lo que hayáis decidido, permaneciendo aún vigilantes para no dejar nada pendiente. Así, cada nuevo día os encontrará libres, bien dispuestos, preparados para trabajar, estudiar o divertiros, y toda vuestra vida tomará un color extraordinario de felicidad y bendición  Sólo cuando ponéis cuidado en solucionarlo todo hoy, estáis indirectamente pensando en el mañana.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos Cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Imagen: Pantano de Barasona (Huesca), 3 mayo 2020 (cortesía de Carlos Bravo)