«Pensad cada día que podéis glorificar a Dios con la palabra, con la mirada, los gestos… con todo lo que hacéis, porque es así como entráis en contacto con la Fuente de la vida.

Lo esencial, es la conciencia que ponéis durante este ejercicio. Incluso aunque sólo sea por algunos segundos, hacedlo con el sentimiento de estar realizando un acto sagrado. Lo que cuenta es la intensidad, no la duración. ¿Jamás os ha sucedido que de repente os sentíais inexplicablemente felices, porque un pensamiento o un sentimiento ha cruzado por vosotros y lo ha cambiado todo? Esto sólo dura el tiempo de un relámpago, pero después, durante el resto de la jornada uno se siente iluminado. Entonces, ¡cuánto más poderoso puede ser el pensamiento que un día lograréis glorificar a Dios en la tierra como los ángeles le glorifican en el Cielo!»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos Cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino del Salvador entre Poladura de la Tercia y Pajares, 14 mayo 2019 (cortesía de Santiago Llamas)