“Tomad la costumbre de concentraos en la cima, ese punto culminante desde donde se puede ver la verdad sobre los seres y sobre las cosas. Es evidente que la distancia que os separa de él es inmensa, incluso infranqueable y sólo puede llegar hasta la cima aquel que vive verdaderamente una vida pura y santa. Pero a través del pensamiento, cada uno puede intentar alcanzarla ya que el pensamiento es como una cuerda que lanzáis hasta ese punto al que queréis llegar, allí lejos. Y una vez que la cuerda queda sujeta, trepáis. Si, ya veis, hay que aprender a descubrir estas correspondencias entre el mundo físico y el mundo espiritual. “

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: llegando a Finisterre, 10 junio 2022