“La vida diaria es como una corriente que os lleva y no siempre os da tiempo ni posibilidad de reflexionar para ver hacia donde os arrastra; por esto os dejáis invadir constantemente por todo tipo de compromisos y actividades. De momento, os parecen útiles, razonables, pero algún tiempo después os dais cuenta de que habéis perdido mucho tiempo y energía para obtener tan escasos resultados.
Esto no quiere decir que no debáis interesaros en nada, aparte de la vida espiritual. En realidad, cualquier actividad puede ser beneficiosa, pero con la condición de estar bien aferrado a un alto ideal, a una filosofía divina. Si os colgáis de una cuerda sólida y bien sujeta, podéis balancearos en todas las direcciones. Pero si el nudo no es sólido, o la cuerda está gastada, os caeréis y os romperéis la espalda. Así pues, siempre debemos recordar la importancia de la unión, de la unión con el Cielo; mientras conservéis esta unión, cada una de vuestras actividades os aportará algo bueno”.
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Parue El Sotillo, Palencia, 20 noviembre 2016 (cortesía de Marga Lamoca)