«El trabajo espiritual no se parece a ningún otro trabajo, concierne a lo más profundo de cada ser, a lo más íntimo. Hay que hacerlo, pero sin decir lo que hacemos. Todos aquellos que cuentan cómo se ejercitan, cómo meditan, etc., y los resultados que obtienen, son unos inconscientes que no saben lo que pueden perder. Hablar de su trabajo espiritual prueba que no se ha comprendido ni la naturaleza ni las exigencias.
Os aconsejo pues que guardéis en secreto todo lo que hacéis para acercaros a este ideal de luz, de belleza al cual aspiráis. Guardando este trabajo en secreto, mantenéis también en vosotros el impulso, el ardor, el entusiasmo que necesitáis para progresar. Y si perseveráis, si vuestros esfuerzos son verdaderamente sinceros, sabed que un día u otro esto se reflejará: todos sentirán la vida del espíritu manifestarse a través vuestro.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: saliendo de Rabaçal, Camino de Santiago portugués, 29 octubre 2016