“Incluso si la vida cotidiana os presenta todo tipo de ocasiones de ser perturbados, maltratados y zarandeados, podéis, a pesar de todo, salvaguardar y restablecer los estados divinos de la consciencia superior. Simplemente hay que habituarse, hay que obtener una gran luz: vivir en una vigilancia, en una atención constante con el mundo divino, pensar desde la mañana hacer todos los gestos de la vida cotidiana manteniendo vuestros pensamientos unidos al Cielo.
Si os acostumbráis a mantener esta actitud durante todo el día, constataréis que nada podrá perturbaros por mucho tiempo. Una mala noticia, una enfermedad, un accidente, son acontecimientos que pueden condicionaros, pero si os habéis acostumbrado a mantener vuestro pensamiento concentrado en el mundo divino, superaréis mucho más deprisa estas dificultades porque es al espíritu al que Dios ha dado todo el poder. “
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Excursión a Laspaúles desde Río Blanco (Huesca), 1 noviembre 2022, cortesía de Carlos Bravo Suárez